lunes, 16 de septiembre de 2013

Crónica de María Nagore: Día de Confraternización por San Fermín 2013

Crónica: Día de Confraternización por San Fermín

por María Nagore

"Domingo, 7 de julio. Nueve y media de la mañana. Los primeros, cargados con bolsas y mochilas, empezaban a congregarse en la plaza Washington, frente al centro cultural de España, donde esperaba el autobús. Todavía somnolientos por el madrugón y ataviados con camiseta blanca y pañuelo rojo en homenaje a San Fermín, los miembros de Españoles en Perú pusieron rumbo a Chaclacayo.

Fue precisamente Sofía Almeyda, una de los no-españoles del grupo, la emprendedora de esta excursión campestre. Es sorprendente que más de la mitad de esta asociación no son españoles. Sin embargo, componen entre todos un grupo heterogéneo, en el que buscan un lazo de unión con sus raíces españolas (por muy remotas que sean) o un grupo de amigos con los que compartir las costumbres de este país. AJEP (Asociación de Jóvenes Españoles en Perú, una sección del grupo) se unió al resto y el domingo, se desplazaron todos hasta la finca que el centro español posee en Chaclacayo para disfrutar del sol, la paella y la compañía.
Paco Contreras, vestido como un cocinero profesional, puso manos a la obra en cuanto el autobús llegó a su destino. Instalado detrás de dos paelleras, parecía un auténtico valenciano en Fallas (fiestas populares en las que la paella es el plato estrella). Mientras tanto, unos cuantos aventureros fueron en busca de cerveza fresca, indispensable en toda fiesta que se precie. El resto se dispersaron por el jardín y alguno incluso se bañó en la piscina. Con el vaso de chela (o anís) en una mano y un trozo de tortilla de patata en la otra, había quien hablaba de sus problemas para instalarse en Lima, de las dificultades con el papeleo, los convenios de títulos universitarios que traen de cabeza a muchos españoles, o los permisos de residencia. Otros aprovecharon para hacer negocios. En los últimos años, la crisis económica que azota a España ha llevado a muchos ingenieros, arquitectos y demás trabajadores de la construcción fuera de sus fronteras. No son los únicos, claro, pero sí el grupo más numeroso. También son cada vez más los jóvenes que, sin trabajo y sin una familia que les ate, han decidido volar a Lima. Y a la mayoría les ha sonreído la suerte.
Varios niños correteaban por el césped, igual que después de comer correteaban los adultos, con un balón en los pies en busca de un hueco en la portería contraria. El fútbol es un compañero inseparable de este tipo de eventos. Después del partido, todavía un poco sudorosos y agotados, se reunieron todos en torno a Jorge Pastor, que con su guitarra y a ritmo de Estopa, animó la tarde y consiguió que hasta los más tímidos cantasen. Pero como no siempre llueve a gusto de todos, fue imposible cumplir con las altas expectativas de parte del público, que pedía temas folclóricos como Torito bravo, del Fari, o María de la O.
“¡Arriba todo el mundo!”. Carmen Venegas y Alicia Pedrosa habían preparado juegos para amenizar la tarde. Cantando, buscando pistas o tirando de una soga, los de AJEP volvieron durante unas horas a sus años de juventud, a aquel campamento de verano al que solían ir de pequeños. Una forma bonita de estrechar lazos y de terminar una jornada amistosa, casi familiar, que a la mayoría les sirvió para alejarse del estrés de la semana y acercarse un poco más a España. Cuando el autobús les dejó otra vez en la ciudad, ya no se oían chistes o canciones. Bajo la luna limeña, sólo se veían abrazos de despedida. "